Yorkshire Terrier

Origen:

El Yorkshire terrier se desarrolló en Yorkshire, Inglaterra, durante la época victoriana. Se cree que esta raza desciende de otros terriers distintos, como el bichón maltés, el Manchester negro y pardo y el Dandie Dinmont terrier, así como alguna razas ya extinguidas, como el Clydesdale terrier.

El resto de la información histórica sobre esta raza o bien se desconoce o es contradictorio. Hay quien cree que estos perros los criaron trabajadores del norte de Inglaterra que no podían tener perros grandes fácilmente y, sin embargo, querían un compañero enérgico. Otros dicen que los Yorkshire terriers se desarrollaron para cazar ratas que infestaban galerías mineras y para entrar en madrigueras de tejones y zorros. Una teoría más afirma que trabajadores escoceses de fábricas de lana de Yorkshire desarrollaron la raza.

Apariencia:

Los Yorkshire terriers se encuentran entre los perros más pequeños, ya que miden solo entre 15 y 17 cm y pesan entre 1 y 4 kg.

Tienen una cabeza pequeña y el hocico es de longitud media. La orejas tienen forma de V, son de implantación alta y están erguidas. El cuerpo es compacto y tienen la espalda plana.

La característica más destacada del Yorkshire terrier es su pelo, largo, fino y liso. El color del pelo es azul acero en el cuerpo y cola, mientras que en el resto es pardo. La cola suele estar amputada hasta la mitad de su longitud natural. El pelo largo en la parte superior de la cabeza es otra característica destacable, y se suele sujetar con un lazo, lo que da al perro un aspecto alegre.

Temperamento:

El pequeño tamaño del Yorkshire terrier contradice su auténtica personalidad, que es enérgica, viva y dominante. Los Yorkshire terriers son cariñosos, pero también exigen mucha atención; esta raza es una buena elección para alguien que quiera consentir a un perro.

Los Yorkshire terriers son excelentes perros de guarda. Pero pueden mostrar mal genio con otros niños si no los tratan con respeto o dulzura. Algunos pueden ser agresivos con otros animales pequeños, aunque hay Yorkshire terriers que viven de una forma bastante pacífica con otros perros e incluso gatos.